Los controles financieros y no financieros son herramientas fundamentales para garantizar la correcta administración de una organización y prevenir posibles riesgos y fraudes. Estos controles permiten mantener un adecuado manejo de los recursos y una correcta toma de decisiones en todos los niveles de la empresa.
En primer lugar, los controles financieros son aquellos que se enfocan en la gestión de los recursos económicos de la organización, como partidas presupuestarias claras, más de una firma para un desembolso, auditoria financera, entre otros. Estos controles son clave para asegurar la transparencia en las operaciones financieras, detectar posibles desviaciones.
Por otro lado, los controles no financieros se refieren a aquellos que están relacionados con aspectos como la gestión de riesgos, la calidad, la ética empresarial, la seguridad de la información, entre otros. Estos controles son igualmente importantes, ya que contribuyen a mantener la integridad y la reputación de la organización, así como a garantizar el cumplimiento de las normativas legales y éticas.
Implementar controles financieros y no financieros en una organización no solo es una buena práctica, sino que es una necesidad para asegurar su sostenibilidad a largo plazo. Estos controles permiten a la empresa identificar oportunidades de mejora, optimizar procesos y minimizar riesgos, lo que se traduce en una mayor eficiencia operativa y en la generación de valor para los diferentes stakeholders.