Muchos de los riesgos que acontecen en las organizaciones son provenientes de nuestro contexto externo, los cuales muchas veces resulta impredecible saber si pasarán, en el Perú hemos sufrió eventos como:
El Fenómeno del Niño 2017, fue un evento muy fuerte que afectó al Perú. Este fenómeno se caracteriza por el calentamiento anómalo del mar localizado en las costas de estos países. Este calentamiento produce humedad que desencadena fuertes lluvias causando desbordes, inundaciones y aluviones que afectan a varias localidades.
El 31 de marzo del 2017, el INDECI publicó un reporte que muestra los efectos del Niño costero hasta la fecha. Este muestra un total de 101 fallecidos, 353 heridos, 19 desaparecidos, 141 000 damnificados y casi un millón de afectados a nivel nacional desde diciembre del 2016.
A partir del 06 de marzo del 2020, la presencia del Coronavirus en Perú ha provocado la interrupción productiva de sectores como comercio, pesca, turismo, minería e hidrocarburos.
Además, a esto se suma que la demanda de productos peruanos de China, La Unión Europea y Estados Unidos, que representan el 60% de las exportaciones no tradicionales del Perú cayeron drásticamente.
Sectores como la minería sufre especialmente por esta situación debido a que China es el destino del 45% de las exportaciones mineras peruanas y del 70% de los envíos de cobre peruano.
El comercio es otro de los sectores más afectados por la paralización especialmente por el aislamiento obligatorio decretado por el Gobierno durante dos semanas. Las principales pérdidas se verán las ventas de tiendas por departamentos, ferreterías, tiendas de electrodomésticos cuyos ingresos descenderán.
Cabe mencionar que en el Perú el 52% de empresas formales no cuenta con un plan de continuidad del negocio, por de cada 100 empresas que atraviesan un desastre sin contar un plan de continuidad de negocio, 43% no reabrirá nunca su negocio y desaparecerá del mercado, 51% correrá el mismo destino luego de solamente dos años y finalmente 6% conseguirá sobrevivir a largo plazo.
Para eso se debe de identificar qué es un desastre para la organización, a qué tipo de desastres está expuesto y cuál es el impacto que puede tener. La relación existente entre el Plan de Continuidad de Negocio y el Plan de Recuperación de Desastres, cómo interactúan y cómo se apoyan para alcanzar su objetivo. También cuáles son las características principales de un estudio básico para cualquier empresa que quiera mitigar el daño de un desastre o hacer análisis de Impacto en el Negocio.
Ante las situaciones que estamos viviendo en la actualidad, debemos tener en cuenta que el Gobierno Corporativo y de la Gestión Integral de Riesgos de las empresas deben cumplir con una gestión efectiva del riesgo operacional y establecer criterios mínimos para la gestión de la continuidad del negocio, obligándose a reportar eventos de interrupción significativa de las operaciones, y el uso de indicadores clave para supervisar la gestión de la continuidad del negocio, siempre bajo el principio de proporcionalidad al tamaño, la naturaleza y la complejidad de sus operaciones.
Los estándares y buenas prácticas internacionales sobre la materia, entre los que se encuentran el estándar ISO 22301, sobre los sistemas de gestión de la continuidad del negocio, y la Guía de Prácticas Profesionales del Disaster Recovery Institute (DRI) International. Asimismo, la empresa debe contar con un sistema de gestión de la seguridad de la información, orientado a garantizar la integridad, confidencialidad y disponibilidad de su información.
El sistema de gestión de la continuidad del negocio, es el componente de la gestión integral de riesgos que busca asegurar la capacidad de la empresa para continuar operando a niveles previamente establecidos, ante la ocurrencia de una interrupción y abarca, al menos, las siguientes fases:
- Entendimiento de la organización.
- Análisis de impactos en el negocio.
- Evaluación de riesgos de continuidad de negocio
- Diseño de la estrategia de continuidad.
- Implementación de la estrategia de continuidad.
- Plan de pruebas.
- Capacitación.
- Revisión y actualización.
Las políticas para la gestión de la continuidad del negocio deben ser aprobadas por el Órgano de Gobierno (cuando exista) o la Alta Dirección, revisadas periódicamente y considerar, al menos:
- Vinculación a los objetivos estratégicos de la empresa.
- Proveer un marco para establecer y alcanzar los objetivos de la gestión de la continuidad del negocio.
- Establecer los impactos máximos aceptables ante la ocurrencia de una interrupción, los cuales deben ser considerados para el análisis de impacto del negocio.
La gestión de la continuidad de negocio puede ser desempeñada por una unidad especializada o asignada a otra unidad de la empresa, atendiendo al tamaño, la naturaleza y la complejidad de sus operaciones, estableciendo las siguientes responsabilidades respecto a dicha gestión:
- Proponer políticas.
- Desarrollar procedimientos y metodologías apropiados.
- Apoyar y asistir a las unidades de la empresa en la implementación de las políticas, procedimientos y metodología desarrollados.
- Asegurar que la gestión se integre a la gestión de riesgos de la empresa.
- Asegurar que el Órgano de Gobierno, la Alta Dirección y el comité de riesgos tomen conocimiento de los aspectos relevantes de la gestión, para una oportuna toma de decisiones.
- Asegurar que el desarrollo de las actividades referidas a la gestión sea aprobado por las instancias correspondientes.
- Identificar las necesidades de capacitación y difusión para una adecuada gestión.
Un buen plan de continuidad de negocio, evita en la medida de lo posible las improvisaciones; para ello, es indispensable que las compañías pongan a prueba su plan de continuidad, cuyo alcance contenga a todos los involucrados.
De este modo se evitarán situaciones complejas como las experimentadas con la crisis del coronavirus: compañías que no disponían de equipos portátiles para proporcionar teletrabajo a sus empleados o que, de poder proporcionarlos, no disponían de los niveles de servicio suficientes para la alta demanda del trabajo en remoto al que nos enfrentamos en esta cuarentena.
Una prueba del plan de continuidad nos proporcionará la información necesaria para conocer si la estrategia es válida, y si nuestros recursos son efectivos.
Es en estos momentos difíciles es imprescindible tener en cuenta que un buen Plan de Continuidad de Negocio facilita que la organización se vea mínimamente afectada, el no mantener la continuidad de negocio puede provocar una interrupción en sus procesos de forma que la vuelta a la normalidad no se alcance. Incluso, en el peor de los escenarios, puede provocar la desaparición de la compañía.
En GRUPO CONCEPTA contamos con un portafolio especializado en Soluciones Integrales de Continuidad del Negocio, las cuales tienen el objetivo de incentivar a las personas y las organizaciones a pensar en forma crítica y creativa sobre cómo pueden responder ante situaciones adversas que pongan en peligro la estabilidad de su operación:
- Consultoría, auditoría y capacitación en Planes de Continuidad del Negocio (Planes de respuesta a incidentes, Planes de comunicación en crisis, Planes de recuperación de desastres, Planes de recuperación de instalaciones, entre otros para garantizar la continuidad de la operación crítica ante una contingencia.)
- Consultoría, auditoría, capacitación y acompañamiento en la auditoría de certificación del Sistema de Gestión de Continuidad del Negocio (SGCN) de acuerdo a la Norma ISO 22301.
- Consultoría, auditoría y capacitación en Pruebas de Continuidad del Negocio (Diseñamos y ejecutamos pruebas de simulación en condiciones reales para verificar la precisión del plan, el desempeño del personal involucrado, coordinación del equipo y proveedores, así como la capacidad de recuperación de registro e información vital.)
Grupo CONCEPTA
Organizaciones y personas capaces para un mercado competitivo
Consulta sobre el el sistema de gestión continuidad de negocio